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Nuestra Historia

RadiO Sutatenza

En 1947, el sacerdote José Joaquín Salcedo inicio desde la pequeña parroquia de Sutatenza, un pueblo ubicado en el corazón del valle de Tenza (Departamento de Boyacá, Colombia), un proyecto de escuelas radiofónicas, bajo una organización denominada Acción Cultural Popular, ACPO que mantuvo una importante presencia entre 1954 y 1978 y terminó en 1989 cuando Caracol Radio compró la emisora.

Los programas de formación a campesinos se continuaron en los Institutos de formación en Sutatenza hasta 1994, cuando ACPO suspendió estas actividades.

 

El proyecto de radiodifusión tuvo como objetivo la educación no formal de los campesinos con una filosofía de lo que en su momento se entendía como desarrollo integral para su propio bienestar. La escuela radiofónica no se restringía  a la emisión del discurso de un profesor pues el programa se apoyaba por un lado en cartillas diseñadas para ser seguidas por los grupos de oyentes, con la participación de líderes campesinos voluntarios preparados en los institutos (25.000 entre hombres y mujeres pasaron por el Instituto en Sutatenza entre 1954 y 1994) y en otros casos por personas de la comunidad que tuvieran un poco más de formación. Además y esto es muy importante, se estableció una nutrida correspondencia escrita entre las comunidades y los coordinadores del programa, de manera que diariamente se recibían más de cien cartas de los oyentes.

En 1948 Radio Sutatenza obtuvo licencia de funcionamiento con una potencia de 100 vatios que en elevó al año siguiente a un kilovatio que llegaba a los mil transistores de onda media y corta vendidos inicialmente como parte del proyecto. En 1955 llegó a 30.000 receptores y se había creado 9.000 escuelas radiofónicas. A comienzos de los años cincuenta se hizo la primera conceptualización reunida luego en un documento conocido como Libro azul.

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En 1969, la emisora pasó a 600 kilovatios y de media hora diaria a 19 horas al día, con cinco centros de transmisión (Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Magangué) que cubrían prácticamente la totalidad del país. La preparación de los programas involucraba a grupos de personas que correspondían a los cinco campos definidos para la formación integral: Alfabeto, Número, Salud, Economía y Trabajo, y Espiritualidad (ver muestras de los programas en el disco El campo de la radio). Se diferenciaban dos niveles, uno básico de alfabetización y enseñanza de las operaciones aritméticas, que era de media hora diaria y duraba 90 horas, y otro progresivo, de educación fundamental integral, de una hora diaria que duraba dos años. La emisión de este se repetía tres veces al día. Además de difundir los conocimientos fundamentales sobre agricultura, economía doméstica, higiene y salud, se desarrollaron campañas específicas tales como  Conservación del suelo, Mejoramiento de la Vivienda, Salud preventiva, Nutrición, Recreación y Procreación responsable.

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La nueva programación propuesta en un documento que ha sido llamado Libro rojo, incluyó, además de los cursos, una franja de noticieros, y otra de entretenimiento. Se creó un grupo de reporteros que recogían noticias de las distintas regiones, de distintas comunidades y les daban resonancia en todo el país. Además permitieron la participación de los campesinos en debates sobre temas de importancia nacional de manera que sus voces tuvieran cierta presencia en la formación de la opinión pública. En los horarios de entretenimientos se difundió la música popular, programas de humor y se produjo y emitió una serie de radionovelas. En todas las franjas se siguió el lema “ningún programa sin contenido”.

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